Mi universo secreto

Jun 2023-Gregsson Camacho

Historias de otra galaxia
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Era invierno, el frío azotaba las calles y el viento golpeaba las ventanas, una neblina espesa difuminaba la vista y la soledad se apoderaba de la ciudad, ya estaban pasadas las 7 de la noche. 

En una casa al estilo victoriano, se encontraba una familia, amorosa y acogedora. Estaban reunidos, alrededor de la chimenea, en las paredes se podían observar pinturas, y grandes fotografías de viajes familiares, candeleros dorados a los costados de la chimenea, y encima una vasija que tenía pintado un símbolo infinito en él. 

Reían y charlaban trivialidades, estaban presentes un señor de mayor edad al cual le llamaban el abuelo nito, con lentes, poco cabello, y hoyuelos en sus cachetes, dos varones de mediana edad, Edward y Patricio, con sus esposas Melanie y Sofía, y dos adolescentes retoños, Hilary y Sebastián, pequeños traviesos y curiosos que amaban con locura, las historias de aventura y magia que su abuelo les contaba. 

Insistentes esa noche pedían constantemente que les contara una historia, - La más bonita que se le ocurriera le decían.

Su abuelo, a quien le fascinaba esa conexión tan especial que tenía con sus nietos; encantado, les contó una historia. 

Presten mucha atención —les dijo. 

—Creo que ya están preparados para oír esta historia:

Un viernes 27 de noviembre-

Las colinas, el frío y el constante ruido de neumáticos derrapando, propiciaban un vómito inminente. Un grupo de adolescentes de 14-16 años más o menos. 

—Al igual que ustedes les decía, mientras los apuntaba con sus manos. 

Se preparaban para un viaje en las montañas, un campamento anual donde conocían y compartían con diferentes niños y niñas de todo el país. Las colinas eran cada vez más empinadas y las calles un poco más reducidas, tanto, que no había manera de que dos autos pasaran por el mismo carril, las bocinas se escucharon por horas mientras subían, no había otra manera de llegar allí, así que, en diferentes buses y camionetas de los lugareños, quienes eran los únicos capacitados para tal expedición, se encontraron. La mayoría iban mareados, por los constantes baches, vueltas y la falta de oxígeno al ir cada vez más alto. Finalmente lograron llegar.

La entrada a aquella casa en las colinas donde residirán por un fin de semana era majestuosa según lo que podían ver, era ya de noche y no se podía apreciar nada a su alrededor solo más que la entrada, quien ya de por sí los dejaba boquiabiertos. 

La entrada; Alta, de rejas negras con unas puntas de flechas, un escudo con dos espadas y una corona que se abría al medio para dejar pasar a los ocupantes, se notaban dos fogatas en cada lado, y un camino de lámparas de queroseno, dando el toque delicado de antiguo y elegante. Descendieron de sus transportes y se saludaron entre sí. Algunos de ellos, llevaban años encontrándose allí, y para algunos era su primera experiencia. Descargaron su equipaje y fueron dirigidos a sus dormitorios, no era un hotel, así que cada uno tenía que contar con uno o dos acompañantes para aprovechar el espacio de la casa correctamente y así entablar relación entre ellos. Se percataron de separar hombres y mujeres, por mera precaución.

Les indicaron que tenían una hora, para descansar y prepararse para la cena de bienvenida.

El bullicio y las risas no paraban entre los pasillos de la casa, cada uno cometiendo insolencias y comentando sobre las posibles experiencias que podrían vivir allí, y de la belleza de algunos otros. 

9 pm. Fueron dirigidos hacia el comedor, donde los esperaba una cena grandiosa, pan casero recién horneado, caldo de verduras para entrar en calor, y diferentes bebidas como té, café, agua, gaseosas, y jugos naturales. Luego fueron deleitados con una rica Lasaña que preparaba la cocinera de la casa llamada Polly. 

Al terminar la cena fueron llevados a un salón contiguo donde se presentarían y dirían el lugar de donde venía cada uno. Intercambiaron miradas de forma constante, unos con otros, y cada quien buscaba refugio en sus conocidos. 

Les indicaron las normas obligatorias de la casa y algunas recomendaciones básicas de supervivencia. 

   LIMPIEZA Y MANTENIMIENTO DE LA VIVIENDA

   FUMAR DENTRO DE LA CASA NO ESTÁ PERMITIDO

   LA TENENCIA DE MASCOTAS NO ESTÁ AUTORIZADA

   DAR USO ADECUADO A LOS SERVICIOS DE AGUA, LUZ, GAS

   MANTENER EL INMUEBLE EN ÓPTIMAS CONDICIONES DE SEGURIDAD

Queda estrictamente prohibido:

Introducir o mantener en el inmueble (incluidas las habitaciones) sustancias peligrosas o prohibidas legalmente. Está prohibido el consumo de cualquier tipo de drogas y el consumo abusivo de bebidas alcohólicas.

La tenencia y ostentación de material pornográfico ni de cualquier otro que atente contra la dignidad, igualdad y sensibilidad común de las personas (fotografías, posters, revistas, etc.)

Provocar olores fuertes que afecten o pongan en peligro la integridad física de los compañeros de piso.

Etc.

Los nietos reían jocosamente mientras su abuelo les contaba, haciéndose miraditas entre ellos, cuando se nombraba alcohol, cigarrillos y esas cosas prohibidas para los niños, pero que les causaba tanto deseo.

— Por último, y no menos importante, recuerden; Se encuentran en un espacio abierto y lleno de fauna y naturaleza, revisen sus pertenencias y respectivos dormitorios antes de dormir, por la posible presencia de algún animal no deseado, no se acerquen a las cosechas ni coman de ellas, los pesticidas podrían causarle una intoxicación. Si por alguna razón se encuentran en peligro; Soplen el silbato que les daremos a continuación, lo más fuerte que puedan, hace frío, así que traten de estar lo más abrigado posible. 

—Terminó de parlotear el coordinador del lugar, deseando una buena noche y un buen descanso.

La primera noche, algo aburrida. Los ocupantes habían terminado un largo viaje, y estaban agotados, aunque en el silencio de la noche algunos pedos disimulados se escuchaban, desatando risas de complicidad, y el chistar para silenciar de los coordinadores mayores. 

7 am. 

Una música expresivamente molesta, determinó la hora de levantarse. A las 8 am, tenían que estar todos reunidos en el patio para iniciar el día con actividades.

—Tan temprano abuelo, con expresión de pereza, se estiraba Hilary interrumpiendo el relato.

Se reunieron y formaron un círculo, el frío los abrazó esa mañana, una mujer mayor, se apropió de su atención y con un radio casete antiguo colocó una frecuencia para empezar una meditación guiada para cada uno de los presentes. Muchos lo tomaron como una burla y no prestaron mucha atención al suceso, otros solo pensaban en regresar a la cama, y algunos proporcionaron tal seriedad que su paz y quietud se podía sentir, terminaron la primera actividad del día con éxito, desayunaron y empezaron a entablar relaciones entre ellos. 

Al terminar el desayuno, les indicaron una nueva actividad; Acada uno de ellos, por sorteo, le tocaría una pareja secreta, a la cual durante todo el día iba a tratar de brindarle el mayor de los detalles y mensajes de motivación. 

Una muchacha de 16 años, encantadora, vivaz, con una sonrisa contagiosa y espíritu de libertad inigualable, con la voz más hermosa que jamás se había oído. Se tomó muy en serio la actividad y durante el día, llenó de detalles, a su pareja secreta, un joven tímido, de apenas 15 años, creativo, un poco solitario, pero pícaro, el cual llevaba mucho perfume siempre.

El destino o las casualidades suelen ser dilemas universales, de alguna manera ambos chicos, lograron sacar del bowl enorme de papeles el nombre de cada uno de ellos, así que durante el día estuvieron dejándose detalles en secreto, y a su vez pensado en que, de todos los presentes, si hubiesen tenido la oportunidad de elegir, se habrían escogido de igual forma. 

Continuaron con todas las actividades del día, estos envalentonados chicos se acercaban entre chistes cada vez más, e iban entablando una amistad, sentían química entre ellos. A ella le gustaba su sonrisa, y a él le fascinaba su voz. En la tarde de aquel día sábado, en medio de una expedición, llegaron a una cascada natural con agua cristalina y fría, la cual les habían prometido todo el camino. Aquella jovencita vistió un traje de baño color mostaza que dejó con los ojos saltones a todos los presentes, mucho más a aquel joven esperanzado. Allí la pasaron de las mil maravillas, rieron, jugaron e hicieron muchas actividades divertidas.

Compartieron momentos grandiosos y volvieron a donde residían, se les notificó que se preparasen para una fiesta, así que cada uno tomó su mejor vestimenta y perfume. Se dirigieron al salón grande, donde compartieron alimentos, bebidas y bailaron al ritmo de melodías latinas y caribeñas. 

Esa noche los jóvenes intencionados bailaron sin cesar, y descubrieron una conexión tremenda entre ellos, horas más tarde, aquel muchacho tímido se dirigió a escondidas al patio a fumar un cigarrillo que guardó en sus medias, el clima estaba por los 3°, él se encontraba allí solo, contemplando las estrellas que adornaban el cielo, mientras soplaba lentamente el humo de su cigarrillo. 

Oigan esto muy bien les decía abriendo los ojos grandemente el abuelo nito a sus nietos e hijos;

La ley de atracción es lo más poderoso que existe en el mundo-

El chico abrazado en sus chales y bufandas deseaba, con todo su ser, que aquella hermosa muchacha apareciera, y así pasó.

—Te he estado buscando, le dijo la joven.

A lo que responde rápidamente; Yo te he estado esperando.

Una risa pícara les invadió sus rostros. 

Se miraron por un par de segundos mientras una ráfaga de viento congelado los azotó, de manera rápida el joven sacó una propuesta perspicaz para abrazarse y así entrar en calor, la chica sin timidez se acercó a su pecho y rodeo con sus brazos la cintura de aquel fumador. Sus ojos brillaban más que una estrella esa noche, Él empezó a temblar de frío.

Ella le dijo; - “Si tú tiemblas, yo tiemblo”. Rieron un poco recordando la referencia un poco distorsionada del momento mágico de la película Titanic. 

Los ojos abrillantados de aquel joven no paraban de mirar los labios de aquella chica, y sin pensarlo mucho se atrevió a besarla, ella quería ser besada igual, así que correspondió aquel beso de una manera tierna.

Pasaron un rato mirando las estrellas y hablando trivialidades hasta que sugirieron incorporarse al grupo, para que no fueran amonestados. 

La fiesta terminó, y a unos pocos metros de las habitaciones, habían encendido una gran fogata, donde habían acomodado algunas piedras alrededor, se acercaron allí muchos de los chicos presentes, entre ellos, la tierna y reciente parejita, rieron, cantaron, y se tomaron de las manos sin temor, ellos se sintieron plenos y seguros esa noche. 

Fueron a la cama, y ambos pasaron la noche mirando el techo cubierto por estrellas fluorescentes de goma, recordando ese beso hasta quedarse dormidos.

Llegó el domingo, era su último día de campamento, despertaron igual de temprano que el día anterior para realizar las actividades restantes. Después de desayunar, en un pequeño break, antes de dirigirse a los sembradíos para mirar los cultivos, el joven se le acercó a la chica, deseando una buena mañana, y confesando que pasó toda la noche pensando en ese beso. 

Ella, quien sostenía una actitud desinteresada, lo miró con un gesto de tristeza, volteando su cabeza a un costado y mordiéndose el labio inferior. 

Él preguntó ¿Pasó algo malo? 

Ella agacho su mirada y no quiso contestarle con palabras, solo moviendo la cabeza negando la pregunta.

 ¿Te sientes bien? ¿Cómo puedo ayudarte? Insistía.

Ella se levantó, lo miró con ojos vidriosos a punto de largar lágrimas, y se fue. Dejándolo confundido y aletargado. 

Llegó el mediodía, ya estaba por concluir la experiencia, les fue dado un refrigerio no muy pesado para que el viaje no les resultara molesto, hicieron una foto grupal, dieron unas lindas palabras de aliento y motivación, auparon para que se despidieran con alegría.

Él, se notaba un poco molesto, por lo sucedido unas horas antes, pensaba dejar pasar la oportunidad de despedirse de su estrella resplandeciente, pero ella se acercó a él y lo abrazó. Lo sostuvo con mucha fuerza y le explicó. 

Perdón por tratarte así esta mañana, - le decía. 

—Siento algo de culpa y miedo.

— ¿Por qué? Interrogó él. 

—Siento culpa, porque tengo novio, y realmente lo amo,

— ¿Y el miedo por qué?

Manifestó inmediatamente con voz sería aquel joven. 

—Miedo, miedo, porque jamás me sentí como me sentí contigo con nadie más en toda mi vida, ni siquiera con mi novio. Y Tengo miedo porque, aunque parece loco, disparatado e increíblemente apresurado, no me quiero separar de ti. Cayó una lágrima y él la abrazó, con fuerza y rompió el hielo con una broma. “Pues seremos amantes entonces”.

Ella sonrió y lo miró por dos segundos deseando besarlo, pero no lo hizo. 

La familia entera, se mantenía en vilo por la historia que se desarrollaba.

Antes de partir, los coordinadores, pidieron que entregaran ese último detalle a sus parejas secretas, el detalle final, era una pequeña carta expresando lo que pensaban sobre ellos, se formaron barullos y risas entre los asistentes, mirando con asombro quién los consintió todo el encuentro, cuando el par de jóvenes sentimentales se buscaron entre sí, la sorpresa fue increíble, se abrazaron y dieron un beso en los labios, vitoreando fanfarrias de los demás y silbidos complacientes, ambos se dejaron una carta extensa expresando lo vivido y sus datos y respectivas direcciones para que se buscasen entre sí, ella, además le entregó un broche de su cabello que a él le pareció curioso cuando la conoció y él, le dejó una chaqueta con la cual la abrigó esa noche de frío. 

Se despidieron y tomaron rumbo a sus ciudades, ambos miraban con cierta tristeza el lugar, que les creó un momento mágico, añorando que jamás se hubiese terminado.

Llegaron a sus casas, estos dos amantes, vivían a 8 horas de distancia, así que volverse a ver era remotamente imposible. 

Esa misma noche, el teléfono sonó por unos 3 segundos, en la casa del joven; no hubo insistencia, así que nadie contestó. Él deseó con toda su fuerza que fuera ella, pero de igual forma no se atrevió a llamarla por miedo a parecer apresurado.

Pasaron cuatro días, habían vuelto a sus rutinas diarias y clases, pero en su mente estaba presente ese beso, ese mágico beso.

En la noche del viernes, más o menos las siete y treinta de la noche, él marcó a su enamorada, contestó una mujer con modales apropiados y acento interesante, preguntó por la chica, y se presentó, Era su madre, y despidió una risa burlona gritando el nombre de su hija, diciendo;

“Corre rápido al fin te llamo el muchachito este”

Contestó, y su cálida voz traspasó desde la línea telefónica hasta el corazón de aquel joven.

Te he estado pensando mucho, dijo ella. 

Y yo demasiado a ti, respondió él.

Esa noche pasaron horas y horas hablando, y entablaron una hermosa relación, la cual les hacía suspirar constantemente deseando poder verse.

Fueron pasando las semanas, estos chicos cada día se hablaban más y más al punto de que los padres les negaran el uso del teléfono celular por las altas facturas que les llegaban al mes, se peleaban con sus hermanos por el espacio en la computadora para poder hablarse por las noches, y contarse su día.

A los 4 meses después, él fue a visitarla. Tomó el autobús y se dirigió a su lejana ciudad, ella lo estaba esperando en el andén, y lo recibió con un abrazo que lo tumbó al piso de tanta fuerza, no les importó y se abrazaron en el suelo por unos cuantos segundos.

Pasaron una tarde increíble, Era un 2 de febrero, día de la candelaria. Las calles de su ciudad se preparaban para el carnaval. Ella fue por su sobrina, a la cual juntos la llevaron a un parque de diversiones. Parecían padres esa tarde con la niña entre ellos tomando sus manos. Toda la experiencia fue mágica. Él conoció a su familia y se entendió muy bien con ellas, eran 4 mujeres hermosas en una casa gigante, de muchas habitaciones, con su encanto y simplicidad se ganó el corazón de esa familia, un tiempo más tarde lo terminaron llamando hijo, nieto, hermano. 

Esa noche, a él le asignaron una habitación un poco alejada a la de ella, con vista a la calle, donde se escuchaba el bullicio de personas jugando, dominó en las calles y riendo, su habitación se conectaba con la casa por una pequeña reja. 

Se hicieron alrededor de las 12 de la noche, y ya se habían despedido la hermosa pareja, él se encontraba en su habitación reflexionando lo bien que se sentía y una vez más deseando que ella viniera a buscarlo. 

¿Y qué creen que pasó? Preguntó nito a la familia. 

¡LEY DE ATRACCIÓN! Dijo Sebastián muy convencido. 

Muy bien vitoreó el abuelo. 

Se escuchó por más de 5 minutos un sonido de golpeteo, que le causó intriga al muchacho, él pensó que venía de la calle y no sería nada, pero de igual forma salió de su habitación y se sorprendió con lo que vio. 

Era ella, en pijamas, con un pequeño peine, intentando llamar a aquel chico golpeteando sin parar, su rostro y expresión de alivio cuando lo vio salir fue evidente, y le hizo una seña de que guardara silencio y se acercara.

Él se acercó a la ventana y como pudo pasó sus brazos para rodearla, Se besaron de la manera más tierna y linda del mundo, en sus estómagos las mariposas se habían ido volando en cohete hacia la luna, y sus hormonas se sentían como miles de meteoritos incendiando la tierra. La felicidad de ambos al dormir fue gigante, no podían dejar de suspirar ni sonreír con cierto ánimo a llorar. 

Al día siguiente él volvió a su ciudad, hablaron un rato más tarde deseando una linda noche, y confesándose el uno al otro, que el sentimiento se estaba convirtiendo en amor.

Sus conversaciones se volvieron infinitas como el espacio, y su amor, aunque secreto, era más puro que la energía entera del sol. A escondidas y en la oscuridad pasaron muchos meses más. 

Nunca trataron el tema de su pareja, él trataba con todas sus fuerzas de evadir el asunto por completo, olvidando en algunas ocasiones de que existía, pero una noche de inquietud, se atrevió a preguntarle cómo iba su relación. 

Ella le confesó mil y una historias en donde se evidenciaba su infelicidad, pero también la rara, pero poderosa alianza que no permitía abandonarlo era importante para ella, y aunque su corazón poco a poco cambiaba de dueño, ella aún lo quería. 

Fueron muchas las noches donde estos jóvenes amantes se encontraban por textos y llamadas, se esforzaban por hacerse sentir presentes, mediante canciones y lindas palabras, con las ganas más fuertes de estar juntos, poder mirarse a los ojos, beber el café de sus miradas, y perder la consciencia entre cada beso. 

Una de esas madrugadas donde no podían despegarse de su ordenador mientras escribían su propia historia y se enamoraban más de ella, los invadió una nostalgia terrible del no poder sentirse cerca. Él siendo creativo y romántico, le escribió un texto notificándole una llamada rápida, llamó y le susurró con voz grave. 

— Cierra los ojos, y escucha solo mi voz; solo te quiero a ti, y quiero que seas solo mía, te amo como el cielo ama a la tierra, y como el sol ama a la luna. 

—Extiende tu mano y toca la pantalla de tu computadora, ¿Se siente caliente? Cuestionó él.

Sí, mi amor; con voz entrecortada de llanto, respondió ella. 

Pues ese calor que sientes ahora, soy yo, mi mano también toca la pantalla y puedo sentirte justo a mi lado…

El tiempo para estos jóvenes amantes desapareció y ambos pasaron un par de minutos tocando sus pantallas, imaginando que realmente estaba pasando, lanzando suspiros al aire y dejando caer una lágrima en sus mejillas. Otra noche, otra noche donde se durmieron esperanzados.

Se acercó el cumpleaños de aquel joven, ella se aseguró e hizo todo lo posible para estar presente, mantuvo contacto con amigas que fueron al mismo campamento donde se conocieron para poder estar presente ese día, compartir con ellas sin levantar sospechas de que el viaje que hizo era solo para verlo a él. Aunque sus amigas tenían una agenda registrada de su llegada, estos jóvenes se las arreglaron para crear su propia agenda secreta. El plan era sencillo, llegar un día antes para estar solos sin que nadie supiera, y al día siguiente aparecer como si nada hubiese pasado, y fue justo lo que hicieron. Esa noche, antes de su llegada oficial, la llevó a su casa y le presentó a su familia, cenaron, se divirtieron y a las horas se despidieron.

Ella, confundida al pensar a dónde se dirigían le preguntó si no iban a dormir en casa esa noche, él le dijo que esperara, que tenía una sorpresa para ella.

Tomaron un taxi y llegaron a una casa alejada de la ciudad, le develó que su hermana había salido de viaje y que le encomendó que la cuidase mientras esté afuera, y como estaba planeado, se convirtió en el momento perfecto para estar juntos y solos. 

Hilary y Sebastián reían en complicidad, mientras los padres de estos les indicaban que nunca hicieran algo parecido, hasta que no sean mayores de edad, como los chicos de la historia. 

— ¿verdad papá nito? Cuestionó abriendo los ojos Patricio. 

Riendo y gestuando que no lo interrumpan, el abuelo expresó. 

— Con mucha razón, solo hasta que sean mayores.

Encendió un tabaco, se sirvió un trago de escocés, posó una pierna sobre la otra, se inclinó y suspiró. Permaneció con la mirada perdida por unos segundos, y exclamó; - Cómo les decía.

Pasaron una noche increíble, el universo conspiró para ello, y todos los planetas se sintieron celosos de lo que pasó. 

Al día siguiente, era el cumpleaños del joven, ella volvió muy temprano a la parada de autobuses para que sus amigas pasaran por ella a disfrutar de un día de chicas, y prepararse para la fiesta en la noche, estuvieron divirtiéndose el resto del día y siempre diciéndole a la chica que le tenían una sorpresa sin decirle que…

Las buenas vibras se mezclaron en aquella fiesta, no hubo amigo o lejano compañero que no asistió, el joven se encontraba feliz y esperanzado en ver a su amada.

Llegaron las chicas a la fiesta, hermosas y sonrientes, atrayendo las miradas y dejándose mirar por todos. Él, estaba parado en una esquina mirando llegar a su chica, quien vestía una blusa roja escotada, y una falda negra con tacones altos, el cabello recogido y sus labios color carmín, la escaneó desde la entrada hasta que se sentó en su mesa, de inmediato se acercó y saludó a todas, disimulando haberla visto el día anterior.

Bailaron mucho esas primeras horas, el alcohol para los jóvenes ya estaba tornando efecto.

Las chicas que acompañaban a la Diosa de rojo; —nombre que se le pasaba por la mente a aquel muchacho observándola bailar. 

La llevaron afuera para darle la sorpresa que tanto le habían hablado todo el día, cerraron sus ojos con la palma de sus manos y la acercaron a un auto que aparcaba en el estacionamiento, se abrió la puerta y salió su novio con un girasol en sus manos y una sonrisa de oreja a oreja, diciéndole que no podía pasar un segundo sintiendo las molestias que venían teniendo, así que, con la ayuda de sus amigas, decidió sorprenderla y pasar las vacaciones juntos y tratar de enmendar las cosas. 

La cara de shock de aquella mujer al mirar a su novio, con el cual algunos días antes se estuvo debatiendo el terminar la relación, fue épica, pero su reacción, aunque tardía, fue amorosa y receptiva. Volvieron a la fiesta y le presentaron al cumpleañero. El mismo rostro de no creerlo se presentó una vez más, pero su reacción amable se evidenció y disimuló todo su enojo. Esa noche estos amantes secretos, se sintieron como dos planetas orbitando alrededor del sol, mirándose desde lejos y creando un vacío entre ellos, él cada vez más frío como Neptuno, y ella haciéndose más pequeña que Plutón queriendo desaparecer.

La desilusión se apoderó del alma en pedazos de aquel muchacho enamorado, se perdió en el alcohol e ignoró su sentir, cuando todos se fueron, lloró amargamente. 

Todo cambió, entendió algo que no había entendido jamás, y era lo inevitable; al llegar el momento ella lo elegiría a él. Continuaron sus vidas, y el tiempo pasó lento y con melodías tristes, hablaron un par de ocasiones, y rastrearon sus vidas desde el silencio, pero nada nunca fue igual, el amor de su niñez tuvo un final, un triste final. 

— Abuelo, te pedimos la historia más bonita, y con esta me estás haciendo llorar, dijo entre sollozos Hilary. 

— ¿Qué pasa después?, preguntó su hijo Edward.

El abuelo nito, volteando a mirar la chimenea y quitándose los lentes, para soltar una lágrima dijo. 

—Ustedes, ya saben la segunda parte, siempre fue su favorita, con voz entrecortada, expresaba el anciano. 

-¿Cómo así?, Dijo patricio.

Pues verán, ustedes me pidieron que les contara la historia más bonita del mundo, para mí esta lo es.

Y sí, aunque parece haber tenido un final muy triste, eso no terminó allí. 

El muchacho se convirtió en periodista, y escribió durante muchos años en una revista, recitaba poesía en un bar de la ciudad todos los viernes y conoció mucho del mundo, Ella se volvió una empresaria exitosa y de alto renombre, filántropa y caritativa. 

Suspiró, se acomodó los lentes, el abuelo nito, y prosiguió.

El destino, fiel en orquestar las obras más grandiosas de la vida, utilizó la energía de una galaxia una tarde de agosto. Estos, ahora adultos, se reencontraron en ese bar un viernes donde él recitaba su poesía, poesía inspirada en su amor de la infancia, y dueña de toda su inspiración, 15 años después de aquella triste despedida. 

Ni la Tierra ni Júpiter, Mercurio, Saturno, Urano y Neptuno juntos igualaron la fuerza magnética que los invadió al verse. 

Ese sentimiento secreto permaneció en el infinito, pero esta vez lo aprovecharon al máximo,

Se casaron un par de meses después, en la colina de una montaña con vista al mar, iniciaron una fundación para los pobres, y abrieron un campamento para jóvenes; - Se expresaba el abuelo nito con una sonrisa gigante. Los presentes se sorprendieron al observar las fotografías gigantes de la sala y ver que eran idénticas a lo que el hombre enunciaba. Levantándose, miró a sus hijos, y continuó su relato:

Adoptaron dos hermosos hijos, los vieron crecer y convertirse en hombres buenos y amorosos, ayudando en todo lo que pudieron. 

— Volteo la mirada hacia Melanie y Sofía y dijo susurrando; encontraron dos hijas más en sus esposas, que siempre fueron de lo más especial de la tierra, y por último se encariñaron y doblegaron ante el cariño de sus dos nietos, quienes le robaron cada pedazo del corazón en un abrazo. Ella se marchó al infinito un poco antes y él aún se encuentra a la espera de volverla a ver, para ser testimonio de que el amor, cuando es verdadero, cuando es sincero, cuando es puro, es eterno.

Rompieron en llanto todos los presentes, y dedicaron una plegaria a esa estrella en el espacio que alumbraba más fuerte aún en los días que hacía frío.

Gregsson Camacho
Gregsson Camacho

Cocinero de profesión. Me apasiona la música y escribir. Trato de expresar mis sentimientos y emociones a través de poemas y versos y algunas veces canciones, sueño con cambiar al mundo con mis palabras.

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