Agonía de un gato en una caja. Fetiches infantiles Schrödingerianos.

Oct 2022-Letrinemias

Memorias de una Mantis
Compartir en

No podría haber imaginado 

manera más incómoda de despertar. 

El cedro dulce del traje de madera

se ceñía a mi alrededor, oprimía. 

Apenas mi lomo podía arquearse en tan estrecho nicho,

no cabían siquiera mis pensamientos. 

Varios latidos habían pasado ya

cuando un rojo sopor me invadió. 

Estaba seguro que tan cruel sensación

no podría haberse gestado

sino de algo anteriormente vivido, 

un arquetipo rancio de esperar, 

una verdad inevitable, determinante. 

Sabía que tu ojo desteñido estaba del otro lado, 

celeste y expectante,

al acecho, empañado por la claridad de tu perversión. 

De nada serviría a esas alturas

rogar piedad, o indulgencia por no sé qué. 

Sentía que te conocía, 

¡oh, cruel verdugo! 

Era imposible negar esa conexión, 

era evidente que si en tus manos estaba mi destino

alguna vida de algún tiempo pasado o venidero

había estrechado nuestras almas. 

Lentamente esa sensación acabó en certeza, 

tan inevitable como el brote muere en rama

en un árbol salvaje. 

¡Ay de mí!, la verdad se abría ante mi cuero

Infinitas veces rocé tu ojo, 

y en cada una de ellas confié en él, 

y cuando creía que completaba

los trozos de mis desdichados fragmentos en tu pupila, 

vos me mirabas, obligándome a ser vida o muerte. 

Vidamuerte.

Vidamuertevida (leerlo infinitas veces sin repirar)

Sin saberlo eras el fino crin

que sostenía la espada sobre mi cabeza, 

como un dedo frío, 

un pseudópodo oscuro. 

Pero ya no importa, 

mi cuerpo cuelga de la tierra

como un árbol siseante y sonante

en el nivel más bajo del infierno. 

Aquí cálido está. 

Hago del calor de mi patíbulo, 

mi hogar.

Letrinemias
Letrinemias

Spleen del mas enfermo.

suscribite a nuestra
newsletter