No cree en las casualidades. Las cosas suceden por alguna razón, piensa. Son causa de. Y hasta quizás sea cierto que son obra de la complicidad de los ángeles. Hay encuentros, momentos únicos que no se explican, pero a la vuelta de la esquina te encuentran. Y en uno de esos instantes impensados fue que terminó escuchando a Vetusta Morla. Simple, íntimo, casi de fogón. Una caja, dos guitarras y la voz abrazando sentidos. ¿Quiénes eran estos magos de la música capaces de hechizarla así? Había que saber más y así descubrió el maravilloso mundo de los reyes del pop emocional y claro, ¿cómo no llamarlos así? Si estos seis madrileños hacen música que va directo al corazón y resuena en las fibras más íntimas. Y entonces subió a ese tren de madrugada que consiguió trazar la frontera entre siempre o jamás. Y en ese vaivén de planes sin marcar se preguntaba dónde y cómo había estado todo este tiempo sin descubrir esas canciones profundas, intensas, repletas de influencias literarias e históricas.

Confundió cada tema con su hogar y esta vez después de mucho volver encontró sus recuerdos y cada melodía se alojó en sus emociones.

Detrás suyo los pájaros batían las alas y silbando enredaban sus pasos. Hablaba de todo menos del tiempo que se escurre entre los dedos, también de ruina y espina y su miedo a las alturas. Aprendió que ser valiente no es solo cuestión de suerte y a no olvidar los sueños y bailar hasta el apagón. Es que, aunque solo había quedado una chispa de luz, el rastro de su música no se podía borrar, porque su canto es imborrable y serían el viento en su tejado.

Fue entonces que encontró sobre el sillón las pinturas y una historia en blanco, sin principio ni final, y hoy yo escribo lo que quiero ir contando , porque soy la que no cree en las casualidades y dejarme llevar suena demasiado bien.

Valió la pena. Sus versos siempre vuelven a hacerme feliz. A mi banda favorita le deseo que le queden muchos años, porque su mejor canción aún está por venir. 

Ya no hay diez mil kilómetros de distancia ni treinta grados de temperatura de diferencia. Febrero marca el inicio de la gira 2023, Vetusta Morla toca en Buenos Aires el 17 y el 19 en el Cosquín Rock. Quedará en suspenso la gravedad porque andaràn cerca.

Con rima, con copla, con tango, después de un largo tiempo regresan a la Argentina.

Cuando las guirnaldas bajen y se apaguen las linternas, ojalá nos digan que el año que viene volverán para prenderlas. Entonces habrá ceremonias de luna llena, cuidaremos del baile y regaremos el salón porque habrá promesa de un “continuará”.

Miriam Rodriguez

"Todos tenemos algún vidrio roto en el alma, que lastima y hace sangrar, aunque sea un poquito. Al escribir, siento que puedo sacar un poco de esos vidrios fuera de mí. Al ponerlos en un papel ya no me dañan” - Eduardo Galeano. Quizás esa sea la razón por la que me encanta escribir.