Una suave brisa: tan sólo unos pétalos rojizos que, indudablemente, decoraban el cielo colorido. Tan sólo unas palabras de él, bastaron para que el corazón de la joven comenzara a susurrar melodías de amor hacia los vientos.
—¿Y qué eres tú, amada mía, de este sol que pronuncia su paso a la luna? — exclamó él, sonriendo, mirando a los ojos de la muchacha—. ¡Mira! ¡siente! ¡cierra tus ojos, amor mío! Porque esta rosa que aquí ves, lleva tatuado tu nombre y la magia eterna de tu corazón.
Él se acercó lentamente a la rosa que se hallaba en la inmensidad de la arena, rodeado por aves que surcaban los cielos, decorando las pequeñas estrellas que comenzaban a aparecer en el universo.
—¡Ay!, amor de mi vida. ¡Si tan solo los océanos conocieran la profundidad de tus ojos, juro que hallaría tanta vida en ti, como yo amor en la luz de tu corazón! — expresó ella, sintiendo como sus deseos de amor eran rodeados por ráfagas doradas de felicidad.
Él volteó y, en un breve silencio, ambos permanecieron con sus miradas encontradas.
—Esta rosa que aquí ves, corazón mío, se mueve al son del amor del sol. Mira cómo es que brilla ante ti, ante mí, ante un nosotros —dijo él—. Verás que comenzarán a florecer sus dulces y perfumados pétalos, en un pequeño movimiento de tu mano hacia mi pecho, porque es allí, en nuestra unión, que se encuentra el tesoro más importante de nuestras vidas: nuestro gran amor—. Cuenta aquí la leyenda que una sonrisa inocentemente enamorada, podrá conquistar al atardecer de las rosas y llevará consigo la huella eterna de un amor infinito. Y es allí, amor de las rosas, que te prometeré amor eterno, ante la inmensidad de este cielo que hoy nos acompaña.
En ese instante, ella sonrió, se acercó a su amado, él tomó su mano, el sol se posó sobre ellos y rosas a su alrededor iniciaron la creación de un camino de flores que los llevó hacia la majestuosidad de una unión de amor, sobre el secreto profundo del atardecer.
Amor y rosas mágicas.
© 2023 Innk ba Términos y Condiciones