Una promesa de atardecer

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Una suave brisa: tan sólo unos pétalos rojizos que, indudablemente, decoraban el cielo colorido. Tan sólo unas palabras de él, bastaron para que el corazón de la joven  comenzara a susurrar melodías de amor hacia los vientos.  

—¿Y qué eres tú, amada mía, de este sol que pronuncia su paso a la luna? — exclamó él, sonriendo, mirando a los ojos de la muchacha—. ¡Mira! ¡siente! ¡cierra tus  ojos, amor mío! Porque esta rosa que aquí ves, lleva tatuado tu nombre y la magia eterna  de tu corazón. 

Él se acercó lentamente a la rosa que se hallaba en la inmensidad de la arena,  rodeado por aves que surcaban los cielos, decorando las pequeñas estrellas que  comenzaban a aparecer en el universo.  

—¡Ay!, amor de mi vida. ¡Si tan solo los océanos conocieran la profundidad de  tus ojos, juro que hallaría tanta vida en ti, como yo amor en la luz de tu corazón! — expresó ella, sintiendo como sus deseos de amor eran rodeados por ráfagas doradas de  felicidad. 

Él volteó y, en un breve silencio, ambos permanecieron con sus miradas  encontradas. 

—Esta rosa que aquí ves, corazón mío, se mueve al son del amor del sol. Mira  cómo es que brilla ante ti, ante mí, ante un nosotros —dijo él—. Verás que comenzarán a florecer sus dulces y perfumados pétalos, en un pequeño movimiento de tu mano hacia  mi pecho, porque es allí, en nuestra unión, que se encuentra el tesoro más importante de  nuestras vidas: nuestro gran amor—. Cuenta aquí la leyenda que una sonrisa  inocentemente enamorada, podrá conquistar al atardecer de las rosas y llevará consigo la  huella eterna de un amor infinito. Y es allí, amor de las rosas, que te prometeré amor  eterno, ante la inmensidad de este cielo que hoy nos acompaña. 

En ese instante, ella sonrió, se acercó a su amado, él tomó su mano, el sol se posó  sobre ellos y rosas a su alrededor iniciaron la creación de un camino de flores que los  llevó hacia la majestuosidad de una unión de amor, sobre el secreto profundo del  atardecer. 

Agustina Chiera
Agustina Chiera

Amor y rosas mágicas.

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