Perú en 5 días. Bueno, bonito y barato

Peru
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Mis ganas de viajar a Perú con mi novio surgieron de las increíbles fotos que veíamos de Machu Picchu. Sin embargo, teníamos -o pensábamos que teníamos- dos problemas: tiempo y plata. Fueron el deseo de viajar a Perú y esos inconvenientes los que nos llevaron a planear y hacer un viaje único.

Nuestro viaje duró 6 días y gastamos entre los dos 1420 dólares incluyendo excursiones, traslados, comidas, todo (sí, lo tengo anotado en mi diario) y puedo prometerles que alcanza perfecto: ¡hicimos de todo!

Lo primero que hicimos fue contratar a la agencia INKAS. Por lo general vamos con todo listo por nuestra cuenta pero, honestamente, tenían un precio muy parecido a lo que salía hacerlo solos. La Agencia se encargó de los traslados del aeropuerto, alojamiento 3 o 4 estrellas con desayuno y todas las excursiones. Cerró redondo.

Primer tip: tomen el vaso de té de coca que ofrecen en todos lados. A mí me pareció asqueroso y no lo tomé: TODA la noche vomitando.

Llegamos a Cusco y derechito al hotel San Agustín porque ya era de noche. Así que recién al otro día empezó nuestro turisteo.

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El segundo día por la mañana recorrimos Cusco. Lo más lindo de su centro turístico es que es bastante chico entonces en un día se puede recorrer por completo: la arquitectura es impresionante porque se respeta todo lo histórico y las construcciones nuevas mantienen el estilo. Tiene una Catedral y una Plaza espectacular, gente vendiendo artesanías, barcitos por doquier.

Después de almorzar, tocaron los tours: el primero fue a  “Qoricancha” que significa “lugar de oro” (si lo hacen por su cuenta la entrada valía 15 soles y realmente vale la pena). Ahí van a poder ver un templo que mandó a construir el noveno Inca y la sala del sol donde los Incas realizaban la momificación del Inca. Dato curioso: su año nuevo era el 21 de junio (solsticio de invierno).

Con el mismo tour fuimos en colectivo a “Sacsayhuaman” IMPRESIONANTE. Parece una fortaleza, pero en realidad en su momento había sido un templo. Lo más llamativo fue el tamaño de las piedras con las que construían, enormes. Recomiendo hacerlo con guía porque te cuentan qué significa cada construcción y te cuentan cómo trabajaban los incas, información que realmente vale la pena conocer al admirar y recorrer la construcción. Terminamos cenando en el centro histórico.

Hay opciones para todo tipo de billetera y hay menúes económicos en todos lados, con 20/30 soles por comida entre los dos salíamos hechos. No sé en soles (moneda de Perú) cuánto estará ahora, pero no creo que haya cambiado mucho el precio en dólares.

La realidad es que los primeros días optamos por probar comida tradicional que a mi novio le encantó, pero terminamos la semana comiendo pizza porque yo tengo muy mal paladar y como casi todo “comida chatarra”.

El tercer día fuimos a “Maras y Moray”. En el camino se hace una parada en Chinchero donde gente del lugar hace demostraciones de cómo se trabaja la alpaca, cómo se hila y qué especias y parásitos se usan para darle color a las prendas.

“Moray” consiste en un conjunto de terrazas circulares enormes que los Incas construyeron y usaban para cultivar productos de distintas regiones. La idea era que cada “eslabón” de la terraza se asemejaba a un clima particular lo que les permitía cultivar distintas especies. “Maras” es una salinera enorme compuesta por más de 4500 pozos. Si les gusta sacar  fotos, este es un gran tour.

El cuarto día en Cusco fuimos a Pisac y Ollantaytambo. El tour se hace en colectivo y se hacen paradas para comprar artesanías: buen momento para regatear. Pisac es un lugar espectacular donde hay más de 100 terrazas para cultivo con una construcción de piedra; después de recorrer el lugar se frena en un tenedor libre y de ahí a Ollantaytambo.

Ollantaytambo, en cambio, es un pueblo Inca: allí se puede ver y recorrer una muralla, el Templo del Sol, lo que fue un granero y todo el sistema hidráulico que lleva el agua hasta el Templo del Agua. Además, en la montaña hay una cara tallada impresionante. Finalmente, en el mismo lugar hay una construcción preincaica de hace 2000 años aproximadamente.

Realmente si van a Perú no pueden dejar de ir a Ollantaytambo. Es un “MUST” para la lista de cualquier viaje.

Desde Ollantaytambo sale el tren a Aguas Calientes, pueblo desde el que se sube a Machu Picchu. El tren estaba buenísimo… dormí todo el viaje porque ni se sentía el movimiento.

De Aguas Calientes no puedo contarles mucho porque llegamos como a las 9 de la noche y de ahí directo al hotel (nosotros compramos comida en Ollantaytambo y cenamos en el viaje).

La mañana del quinto día nos encontramos 6 am con nuestro guía en la plaza principal. Sí, van a tener que madrugar, pero vale la pena. Hicimos 1 hs de cola para subir al colectivo que nos llevó a Machu Picchu.

Machu Picchu es una ciudad Inca casi intacta. Esto se debe a que la encontraron recién en 1911. La ciudad está dividida en dos: una parte destinada a la agricultura, donde se pueden ver las terrazas, y la ciudad. La ciudad es realmente impactante; no por nada es una de las 7 maravillas modernas del mundo.

Les voy a tirar un tip: antes de ir no sólo reserven para ir a Machu Picchu, también reserven para ir a Waynapicchu, la montaña de enfrente. Es bastante complicado conseguir turno, así que no cuelguen con eso porque solo la suben 400 personas por día.

Waynapicchu es una montaña enfrente a Machu Picchu que se puede subir (400 escalones) y desde ahí se ve toda la ciudad desde arriba. De hecho, Machu Picchu está construida en forma de Cóndor y desde esta montaña se ve espectacular.

Nosotros recorrimos la parte izquierda de la ciudad, subimos al Waynapicchu y cuando bajamos recorrimos la parte derecha. Llévense almuerzo y mucha agua.

Desde Machu Picchu a Aguas Calientes se puede bajar caminando o en colectivo. Nosotros estábamos agotados así que optamos por lo segundo, pero para poder subir hicimos una fila eterna. Una vez que bajamos nos tomamos nuevamente el tren a Ollantaytambo y de ahí en combi a Cusco.

Nuestro último día lo teníamos libre así que aprovechamos para recorrer de nuevo el centro de Cusco y comprar algunas cositas en la plaza.

Realmente recomiendo el viaje. Es toda una experiencia: la gente es muy amable, las construcciones y paisajes que se ven son alucinantes y la historia de cada lugar vale la pena.

Lucia Yaryura
Lucia Yaryura

Soy abogada, creo en el lema “la educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo", y que viajar es la mejor inversión, no importa dónde.

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