Las auroras boreales, también conocidas como luces del norte, son un fenómeno natural impresionante que ocurre en las regiones polares del planeta. Estas luces son causadas por partículas energéticas emitidas por el Sol que son atraídas por el campo magnético de la Tierra y chocan con las partículas de la atmósfera, creando un espectáculo increíble y lleno de color.

Ocurren durante todo el año, pero son más visibles durante los meses de invierno en las regiones polares. En el hemisferio norte, se pueden observar en el cielo nocturno en países como Islandia, Noruega, Finlandia, Suecia, Canadá y Alaska. Y, en el hemisferio sur, son conocidas como “auroras australes” o “luces del sur” y se pueden observar en países como Nueva Zelanda, Australia y la Antártida.

Por otro lado, pueden variar en color y forma. El color verde es el más común y se produce cuando las partículas solares interactúan con el oxígeno a una altitud de aproximadamente 100 kilómetros. Los tonos rosados y púrpuras se producen cuando las partículas solares interactúan con el nitrógeno a una altitud más baja. Además, pueden tomar la forma de cortinas, arcos, rayos y círculos.

El mejor momento para observarlas es durante las noches oscuras y despejadas. Es importante encontrar un lugar alejado de las luces de la ciudad para tener una visión más clara y sin obstrucciones. Muchas agencias de viajes ofrecen excursiones para observar las auroras boreales, donde se puede disfrutar de un espectáculo inolvidable y aprender más sobre el fenómeno natural.

Además de su belleza, tienen un impacto científico importante. Los científicos estudian las auroras boreales para comprender mejor el campo magnético de la Tierra y cómo interactúa con el Sol. También utilizan los datos recopilados para predecir las tormentas solares y su impacto en las comunicaciones y la tecnología, por ejemplo.

A pesar de que en la actualidad son visibles, es importante remarcar que están siendo afectadas por el cambio climático y la contaminación lumínica. El aumento de la temperatura global puede afectar el campo magnético de la Tierra y, por lo tanto, la intensidad de las mismas. La contaminación lumínica de las ciudades y las carreteras, por su parte, también disminuyen la visibilidad de las auroras boreales y su impacto visual.

Tromsø, Noruega.

Por esto mismo, más allá de su belleza y un valor científico, nos recuerdan la importancia de cuidar nuestro planeta para que las generaciones futuras puedan seguir disfrutando de este espectáculo de luz y color en el cielo nocturno.

Dato curioso: Según estudios científicos, las auroras pueden hacer sonidos. Si bien el oído humano no puede escucharlos, las ondas de radio producidas por las auroras pueden ser convertidas en sonidos audibles utilizando equipos de grabación especiales. Comentan que el sonido se asemeja a un chirrido o un rugido, y se cree que es causado por la energía de las partículas solares que interactúan con la magnetosfera terrestre.