Muchas personas de todo el mundo están tomando conciencia de cómo se producen sus alimentos. Se dan cuenta de que los pesticidas tienen un precio muy alto para la salud y el medio ambiente, y que los organismos genéticamente modificados no son saludables.

Es por ello que las ventas de alimentos ecológicos y la cantidad de huertos de este estilo están aumentando considerablemente.

Cultivar tus propios alimentos de forma orgánica es la forma mejorar y mantener tu salud y, al mismo tiempo, de ser amable con el planeta.

¿Por dónde se empieza?

Todo está en la tierra. La clave de un jardín orgánico exuberante es un suelo sano. Tanto si cultiva alimentos como plantas ornamentales, un buen suelo marcará la diferencia en la producción y en la resistencia a las enfermedades y las plagas.

¿Qué es un suelo sano?

• Un suelo lleno de nutrientes, microorganismos y lombrices.

• Debe retener el agua y los nutrientes y, a su vez, permitir la circulación del aire y un buen drenaje. Todo ello es vital para el crecimiento de las plantas.

• Crea el entorno perfecto para que los organismos se desarrollen y puedan descomponer y airear eficazmente el suelo.

¿Cómo se consigue un suelo sano? Mira a la naturaleza. Fíjate en la hojarasca del suelo del bosque. Esta materia orgánica en descomposición devuelve continuamente los nutrientes a las plantas que desprendieron las hojas en primer lugar. Es un ciclo natural de vida y muerte, crecimiento y nutrición.

Compost

La hojarasca es simplemente compost, y el compost es lo que hará que tus jardines estén sanos y hermosos. Tiene todos los nutrientes que tus plantas necesitan, y añade bacterias y hongos que ayudan a las plantas a absorber esos nutrientes.

• Haz el compost en casa o cómpralo en un vivero de confianza. Viene a granel o en bolsas, y puede estar hecho de estiércol de animales (ovejas, pollos, etc.) o de subproductos vegetales. Algunas ciudades cuentan con operaciones municipales de compostaje.

• Añade compost a tus jardines en primavera y otoño. Esto ayuda a fortalecer el suelo y a reponer los nutrientes utilizados en cada temporada de cultivo

• Añada compost a sus plantas para obtener un mayor beneficio. Los nutrientes se liberan lentamente y las plantas absorben lo que necesitan, por lo que no se puede añadir demasiado compost. Utiliza un mantillo natural, como hojas trituradas o paja, y vuélcalo al suelo en otoño para que se descomponga y añada aún más materia orgánica y nutrientes.

¿Qué pasa si tienes un suelo “pobre”?

No todo el mundo tiene un suelo excelente para empezar. ¿Qué hacer mientras tanto?

• Haz un análisis del suelo en otoño para comprobar si hay deficiencias de pH y nutrientes.

• Sigue aumentando la fertilidad del suelo con compost y mantillos naturales. Utiliza fertilizantes orgánicos durante la temporada de cultivo mientras aumentas la fertilidad del suelo. Hay una gran cantidad de marcas de fertilizantes orgánicos en los buenos viveros y centros de jardinería. Algunos son generales y otros para plantas específicas. Consulta con algún experto en el tema para conseguir aquello que se adapte a tus necesidades.

Control orgánico de plagas

Otro beneficio añadido de un suelo sano es la reducción de las plagas y enfermedades, a las que les encanta atacar a las plantas estresadas. Si su suelo proporciona los nutrientes, el agua y el aire adecuados, las plantas podrán resistir los ataques estacionales. Piense que un suelo sano es la prevención.

El primer paso en el control orgánico de plagas es ver a qué se enfrenta y cuál es la gravedad del problema. Mas allá de eso, vale aclarar que las enfermedades deben remediarse de inmediato para evitar su propagación.

• Invita a los insectos beneficiosos a tu jardín para mantener los problemas de plagas al mínimo. Las conocidas mariquitas, también llamadas “vaquitas de San Antonio”, y las mantis religiosas se alimentarán de una gran variedad de insectos si plantas determinadas especies para ellas. Mantenga la diversidad en el jardín y en su patio.

• Compra pesticidas orgánicos. Tienes que saber contra qué bichos estás luchando para utilizar el arma adecuada contra ellos.

• Prueba remedios caseros. El agua jabonosa, la cayena, el ajo, la harina de maíz y la harina son algunos de los ingredientes de varias recetas. Una vez más, depende de lo que intentes eliminar.

• Ten cuidado, algunas de estas cosas pueden matar también a los insectos beneficiosos. Haz tus deberes y pregunta mucho antes de embarcarte en una matanza. Conozca los ciclos de vida de los insectos que hacen daño y de los que son beneficiosos para que el uso de cualquier remedio sea más eficaz.

Deshierbe ecológico

• No utilice herbicidas. Puede resultar un tanto más tedioso el proceso pero sin dudas vale la pena.

• Intente prevenir las malas hierbas primero. Cuando las vea, cójalas mientras son pequeñas.

• Arranca las malas hierbas después de una lluvia, o utilice la azada cuando esté seco para obtener los mejores resultados. Es importante siempre hacer uso de la herramienta adecuada para hacer bien el trabajo.