La bóveda del fin del mundo

Innk ba

Oct 2022

svalbard global seed vault
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Bajo el hielo, en una isla por encima del Círculo Polar Ártico, entre Noruega y el Polo Norte, se encuentra un recurso de vital importancia para el futuro de la humanidad. No se trata de carbón, petróleo o minerales preciosos, sino de semillas.

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En una loma del archipiélago noruego de Svalbard se levanta un prisma de hormigón largo, estrecho e inclinado. Según datos del gobierno noruego, el Banco Mundial de Semillas de Svalbard cuenta con más de 1 millon de semillas de alrededor de 500 especies y 89 bancos de genes. Se trata entonces de una enorme caja indestructible que contiene la mayor colección de biodiversidad agrícola del mundo. El objetivo es preservar una “copia de seguridad” de todas las semillas del planeta. De esta manera, ante una hipotética catástrofe, la biodiversidad de los cultivos estaría a salvo.

¿Por qué se eligió Svalbard?

El Banco Mundial de Semillas fue construído en 2008 en el interior de una montaña en el archipielago noruego de Svalbard. Este lugar fue elegido por diversas razones:

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  • Está a 130 metros sobre el nivel del mar. Esto asegura que el suelo esté seco, incluso si llegara a aumentar el nivel del mar por el derretimiento de los hielos polares.

  • Se trata de uno de los territorios con menos actividad sísmica del mundo.

  • Está lejos de los lugares de la tierra donde hay guerra y terror.

  • En caso de una tragedia, el frío permitiría conservar las plantas incluso sin electricidad.

¿Cómo funciona?

Cerca de la entrada de la instalación, una estructura rectangular de hormigón sobresale con crudeza del paisaje nevado, el apodo de “Bóveda del fin del mundo” parece inquietantemente adecuado.

La entrada conduce a un amplio túnel de hormigón iluminado por tiras de luz que se adentra cerca de 130 metros en la montaña. El fuerte ruido de la electricidad y los sistemas de refrigeración invaden mientras se camina hacia la cámara al final del pasillo.

Hay tres bóvedas que salen de la cámara, pero solo una está en uso, y su puerta cubierta de hielo indica las bajas temperaturas del interior. Las semillas se almacenan en paquetes plateados envasados al vacío y en tubos de ensayo.

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Si bien en los últimos 50 años las prácticas agrícolas han cambiado drásticamente y los avances tecnológicos han permitido la producción de cultivos a gran escala, la biodiversidad ha disminuido hasta el punto de que ahora tan solo unos 30 cultivos proporcionan el 95% de las necesidades alimentarias del ser humano. Un gran ejemplo de esto es que solo el 10% del arroz que utilizaba China en la década del 50’ se siguen utilizando hoy en día. Esta naturaleza de monocultivo de la agricultura hace que el suministro de alimentos sea más susceptible a amenazas como las enfermedades y la sequía.

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Las semillas que descansan en el congelador de la cámara incluyen variedades que ya no son de uso generalizado. Y muchas no existen ya por fuera de las colecciones de semillas que las proceden. Pero como el objetivo del Banco Mundial de Semillas es resguardar ante posibles catástrofes, la diversidad genética contenida en la cámara podría proporcionar en un futuro los rasgos de ADN necesarios para desarrollar nuevas cepas ante cualquier desafio que se enrente el mundo.

Unión

En una época de crecientes tensiones geopolíticas e incertidumbre, la bóveda de Svalbard es un ejercicio inusual y esperanzador de cooperación internacional por el bien de la humanidad.

Hay casi 2000 versiones de la cámara acorazada en todo el mundo llamadas bancos de genes. Esta red mundial recoge, conserva y comparte semillas para fomentar la investigación agrícola y desarrollar nuevas variedades. El Banco Mundial de Semillas se abrió como unidad de almacenamiento de reserva para esos cientos de miles de variedades.

Cualquier organización o país puede enviar semmilas a la bóveda. No hay restricciones por motivos políticos ni exigencias diplomáticas. Las cajas de Corea del Norte se encuentran junto a las de Corea del Sur y Estados Unidos; los semilleros de Ucrania junto a los rusos.

A las semillas no les importa el orígen, a la Bóveda del Fin del Mundo tampoco.

Innk ba

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