Aquiles

Innk ba

Oct 2022

Aquiles - Mitologia griega
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Aquiles, hijo del rey Peleo y de Tetis (una ninfa del mar), fue un héroe de la guerra de Troya y uno de los principales protagonistas y más grandes guerreros de la Ilíada de Homero. En comparación con Agamenón y los otros reyes griegos que fueron a la la expedición contra Troya, Aquiles parece haber tenido algo de bárbaro. Su ira era tan legendaria como su destreza.

La naturaleza incierta de Aquiles es evidente en la historia de su nacimiento. Tanto Zeus como Poseidón querían tener un hijo con la hermosa Tetis, pero Prometeo, el dios-titán del fuego, les había advertido que su descendencia sería más grande que su padre. Ansiosos a evitar la aparición de un poder superior a ellos mismos, los dioses cuidadosamente arreglaron el matrimonio de Tetis con un mortal.

El apego de Tetis con Aquiles era tal que ella trató de hacerlo inmortal por varios medios. El más conocido fue sumergir al recién nacido en la Estigia, el río que atravesaba Hades, el mundo de los muertos. Como Tetis tenía que sujetarlo por el talón, este punto quedó vulnerable y en Troya provocó la muerte de Aquiles por una flecha envenenada lanzada desde el arco de Paris.

Aquiles aprendió las habilidades de la guerra de Quirón, líder de los Centauros, que también lo alimentó con caza salvaje para aumentar su ferocidad. Bajo el cuidado de Quirón, Aquiles adquirió fama de valiente luchador, pero su madre inmortal sabía que estaba condenado a morir en Troya si iba a la expedición. Así que Tetis lo arregló para que se disfrazara de niña y se escondiera entre las mujeres en el palacio del Rey Licomedes en la isla de Esciros. Los griegos sintieron que sin Aquiles sus posibilidades de vencer a los troyanos eran escasas, pero nadie podía identificar al héroe oculto. Ulises, muy astuto, fue enviado a descubrirlo mediante un truco.

Habiendo rastreado al joven hasta Esciros, Ulises colocó armas entre algunas joyas en el palacio. Mientras las mujeres que acompañaban a Aquiles admiraban las joyas, una llamada a las armas sonó y el guerrero, delatándose a sí mismo, agarro las mismas. Desenmascarado, Aquiles no tuvo otra opción que navegar hacia Troya.

En Troya, peleó amargamente con Agamenón, el Rey griego. Aquiles estaba enojado con él porque había usado su nombre para llevar a Ifigenia (hija del griego que se iba a casar con Aquiles) a Áulide, donde la sacrificaría en nombre de Artemisa, diosa de la caza, para detener el castigo impuesto por la misma y asegurar un viento favorable para la flota griega camino a Troya.

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Durante mucho tiempo Aquiles se quedó en su tienda y se negó a luchar contra los troyanos. Llegó incluso a persuadir a su madre para que usara su influencia con Zeus para dejar que la la marea de la guerra vaya en contra de los griegos. Pero la muerte de Patroclo, su escudero y amante, llegó y Aquiles fue llevado a la acción. Patroclo había tomado prestada la armadura de Aquiles, que había sido forjada por el Dios herrero Hefesto y entró en la lucha, pero se encontró con Héctor y fue derrotado fácilmente.

Con su nueva armadura, Aquiles buscó a Héctor, quien pidió que se respetara su cuerpo si era derrotado. Aquiles se negó, mató a Héctor con su lanza y arrastró al héroe troyano alrededor de la tumba de Patroclo durante doce días. Sólo Tetis pudo persuadir a su hijo para que dejara a los troyanos recuperar el cadáver y organizar un funeral, una obligación importante para los vivos.

De vuelta a la lucha, Aquiles inundó de miedo Troya, donde mató a cientos. Pero su propia vida estaba llegando a su fin. Una flecha del arco de Paris, guiada por Apolo, el dios de la profecía, dio a Aquiles una herida mortal en su talón.

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