Pensar en Bartleby y Wakefield en clave filosófica: ser o no ser

Paola Bica

Febr 2023

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     Primero… ¿Qué sería ser una persona extraña, demente o alienada? Veremos cómo estas dos personas, el famoso Bartleby de Melville y el Wakefield de Hawthorne no se ajustan a las “normalidades” esperadas por la sociedad en el contexto en el que se dan sus historias mientras repasamos algo de filosofía. Empecemos.

     Como adelanté, el análisis será sobre las obras literarias Wakefield (1837) de Hawthorne y Bartleby, el escribiente, Una Historia de Wall Street  (1853) de Melville. Ambos escritores pertenecen al Renacimiento Norteamericano o Período Romántico que abarca desde 1830  a 1870 o hasta la Guerra Civil. Más específicamente, los escritores pertenecen al Romanticismo Oscuro, un subgénero del Romanticismo que refleja una fascinación popular por lo irracional, lo grotesco o lo demoníaco. Además, los dos autores eran amigos y vecinos, evidencias muestran que se demostraban una mutua admiración.

     Empezando a hablar de las obras, hay una notoria similitud que tiene que ver con quien narra la historia de dichos personajes: más allá de ser los protagonistas de los relatos, quien cuenta la historia es una figura de narrador, eso implica que sus identidades serán dadas a conocer por un ojo externo. Tendremos esa limitación que, aparentemente, nos hará confiar en quien relata los eventos.

     Cuando nos adentramos en las historias, vemos otra ¿coincidencia? en el contexto en el cual sus historias se desarrollan. Ambas se plantean en grandes y opresivas ciudades. En el caso de Wakefield, la ciudad urbana de Londres en donde, según nos indican en su historia, uno puede perder su individualidad y entonces , al perderse, sería imposible encontrarlo., “Tenemos que correr tras él por las calles, antes de que pierda la individualidad y se confunda en la gran masa de la vida londinense. En vano lo buscaríamos allí.” (Hawthorne p. 1)

     En el caso de Bartleby, como indica el título de la obra, vive en Nueva York y trabaja en Wall Street, encargado de copiar papeles repetitivamente en una pequeña oficina de una ciudad en donde reina la opresión y la alienación.

     En un punto de sus historias, los protagonistas se remueven ellos mismos de los roles que ocupaban, lo cual indica una resistencia a las instituciones. Bartleby, quien es presentado como un gran trabajador, escribano, deja de trabajar y Wakefield quien fue presentado como un  buen marido, abandona a su esposa. Al rechazar sus roles, empiezan a vivir una vida la cual no es compatible con los valores de la sociedad en la que viven. En ese sentido, son vistos como extraños e incluso dementes.

“Con el rostro tan descompuesto que el Londres atareado y egoísta se detiene a verlo pasar, huye a sus habitaciones, cierra la puerta con cerrojo y se tira en la cama. [...] La miserable anomalía de su vida se le revela de golpe. Y grita exaltado:

—¡Wakefield, Wakefield, estás loco!”

(Hawthorne , p.3)

También a Bartleby se lo describe como extraño y loco:

—Preferiría no almorzar hoy —dijo Bartleby, dándose la vuelta—. Me caería mal; no estoy acostumbrado a los almuerzos. [...]

—Es medio raro, ¿no?

                                  —Creo que está un poco trastornado —dije con tristeza. 

(Melville, p. 21)

     La famosa frase de Bartleby se relaciona a la idea de la resistencia pasiva: todo el tiempo repite ante todo pedido “Preferiría no hacerlo”. Evita lo que le piden y los posibles enfrentamientos de una manera muy formal, usando la forma potencial y así, sugiriendo que podría tratarse de una elección o preferencia. Bartleby deniega la acción y, al hablar de “preferir”, crea una contradicción y una nota de ambigüedad que recorre toda la historia.

     Algunas de estas ideas se relacionan  con las teorías de Thoreau expuestas en “On Civil Disobedience” (teorías que inspiraron a grandes personalidades como Gandhi o Martin Luther King) así como las de Camus en el famoso “Myth of Sisyphus”.

¿Por qué la historia de Bartleby nos lleva al Sísifo de Camus? 

     Bableby deniega la acción, el mundo, y Camus denomina ese tipo de acción como “suicidio filosófico”, lo cual funciona como una manera de escapar de lo absurdo de la vida. Si lo pensamos en profundidad, la tarea y rutina de Bartleby puede ser vista tan absurda como la de Sísifo: empujar una gran roca hasta una cima para luego empezar a subirla de nuevo cuando baja para toda la eternidad, es tan falto de sentido y significado como lo es para Bartleby el copiar papeles en su oficina de forma sistemática. 

      Nuestro protagonista del otro relato, Wakefield, también comete un suicidio filosófico al escapar de su rutina: toda su familia y amistades piensan durante varios años que él había fallecido mientras él realiza un experimento en el cual se limita a mirar el escenario desde lo lejos, alienandose de todo lo conocido y rutinario para poder espiar la vida sin él,  “Se las había ingeniado[...] para separarse del mundo, hacerse humo, renunciar a su sitio y privilegios entre los vivos, sin que fuera admitido entre los muertos.”  (Hawthorne, p. 3)

     Si sumamos a Sartre al análisis, debemos aclarar que para él lo humano más básico es la libertad, lo cual hace posible todos los demás valores existentes.Una de sus frases célebres de su ensayo “El existencialismo es un humanismo” (1946) es “El hombre está condenado a ser libre”. Considerando entonces que Wakefield y Bartleby decidieron desplazarse de sus roles y sus vidas, ¿esa decisión los hace seres libres o son personas alienadas y oprimidas por el sistema lo cual hace que sean de esa forma? Más allá de que Bartleby nunca diga algo como “No iré” y lo exprese como “Preferiría no ir” decidiendo no decidir, sigue constituyendo una decisión. Sartre lo expondría como un caso de “Mala fé”: el hábito de pensar que no tenemos la libertad de tomar decisiones por miedo a las potenciales consecuencias de tomar una decisión. 

     Cabe mencionar también que Wakefield termina con la frase, “Cualquier hombre se expone al pavoroso riesgo de perder para siempre su lugar. Como Wakefield, se puede convertir, por así decirlo, en el Paria del Universo.” (Hawthorne, p. 7) El sí decide realizar el experimento en el cual verá cómo sigue la vida sin él, lo cual causa su alienación.

El debate puede seguir por un largo tiempo pero sin dudas, ambas obras podrán atraparte y disparar un análisis más cercano a nuestros días en donde el trabajo, la rutina y demás situaciones extenuantes nos pueden provocar ganas de escapar aunque sea mentalmente (¿como Bartleby?) o alejarnos de la sociedad que nos oprime, como se pudo proponer Wakefield.

Paola Bica
Paola Bica

Profesora y Licenciada en Lengua Inglesa. Apasionada por la literatura y los estudios de género.

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