Mujeres Recipientes

Paola Bica

Nov 2022

Bica Mujeres Recipientes
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 La escritora canadiense Margaret Atwood escribió El cuento de la Criada en 1985 quizás sin saber la enorme popularidad que tendría décadas después. Es que, hoy por hoy, la novela es un artefacto político y cultural que tomó especial relevancia debido a diferentes aspectos sociales. Además, la narrativa pudo llegar a un público más amplio al emitirse la serie inspirada en la novela, la cual está protagonizada por Elizabeth Moss. 

Lo que no todo el mundo sabe es que cada aspecto del libro/serie está inspirado en eventos sociales y políticos reales.

La historia se desarrolla en la República de Gilead, un espacio ficticio y totalitario el cual era una parte de Estados Unidos en el pasado: un pasado al cual no se puede hacer referencia. Allí, se organiza la sociedad en un sistema de “castas”, en donde los Comandantes son los hombres de alto rango y quienes tienen el mando de lo que sucede en sus casas. A ellos se les asigna una esposa quienes, por problemas ambientales, no son fértiles. Este problema de la falta de bebés se “soluciona” teniendo criadas, las cuales son entregadas a su comandante para que las embaracen y se queden, él y su esposa, con su hije. La criada luego volverá al sistema para ser entregada a otra familia.

Las criadas no tienen un nombre propio. Al ser entregadas a un Comandante, su nombre se forma con la preposición “De” y el nombre del mismo. La protagonista se llama entonces Offred (Defred) ya que su Comandante es el poderoso Fred Waterford. Desde algo tan importante como la identidad (o falta de la misma) veremos como las criadas son colonizadas y vistas simplemente como un objeto, una propiedad.

Algo que nos toca de cerca es la inspiración que revela Atwood para el papel de las criadas como meros objetos que deben hacer entrega de sus bebés. Según explicó la autora en repetidas ocasiones, la dictadura Argentina en donde bebés fueron entregades a diferentes líderes fue la fuente que nutrió la idea de las criadas usadas para repoblar Gilead.  

Incluso se tomó esa idea principal de la “mujer recipiente” del Manifiesto Comunista, en donde se explica que la burguesía ve a la mujer como un mero instrumento de producción. Como dice la protagonista, “Nosotras somos recipientes, lo único importante es el interior de nuestros cuerpos.”

Otra idea que Atwood tomó de la realidad fue la segregación de judies en donde líderes Nazis les distinguían debido a sus grandes rectángulos amarillos con la Estrella de David. Esa diferencia en sus atuendos servían para control y para marcar status, en palabras del líder Goebbels, eran una “marca general distintiva”.

Similarmente, en Gilead, las mujeres son identificadas con diferentes colores los cuales las des-humanizan. Las diversas castas mantienen colores definidos como los de las criadas, cuyos atuendos son rojos, pero también hay otros: las “tías” (quienes educan a las criadas para ser sometidas y sumisas) usan un traje marrón, las esposas usan azul.

 El Cuento de la Criada no solamente fue inspirado en hechos verídicos, políticos y sociales sino que, además, sirvió de inspiración a quienes lucharon (y luchan) por el acceso legal a la interrupción del embarazo alrededor del mundo. Usando túnicas rojo sangre y cubriendo sus cabezas con los tocados blancos como las criadas de Gilead, mandan un contundente mensaje respecto a la maternidad y las similitudes con la novela.

Paola Bica
Paola Bica

Profesora y Licenciada en Lengua Inglesa. Apasionada por la literatura y los estudios de género.

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