"Le notti di Cabiria (1957): Cabiria, la desdichada"

Patricio Coradini -  "Le notti di Cabiria (1957): Cabiria, la desdichada".
Compartir en

La ninguneada, la desdichada, la desamada, la prostituta. Las noches recorren los últimos recovecos de una Roma, ya ni sorprende, refundándose. Huellas de lo traumático habitan en cada esquina, en cada edificio que se desmorona. Ciudad de contrastes. La élite política y del espectáculo, las grandes mansiones y el sueño de la casa propia. La pedantería y la vergüenza de ser vulnerada, ajena hasta de esta vida. Conviven con Cabiria oscila entre la supervivencia, la vergüenza y la oportunidad de escapar de su realidad, pesada, hastiante. Su única referente, es Wanda, su compañera de trabajo, amiga que rompe en llanto ante su partida, repentina, extraña, hacia un amor. Un destello de que algo puede cambiar, pero ya lo había anticipado a mitad de esta historia la propia Cabiria: “No hemos cambiado… Nadie ha cambiado. Estamos igual que antes, como el lisiado” (Siamo rimaste tutte come prima, come lo storpio).

El desenlace de esta historia es amargo. Uno como espectador cae rápidamente en la desidia, puesto que, como Cabiria, quiere justicia, quiere restitución de una historia posible; quiere reconocimiento por una vida en el desamparo, en una tierra desolada, como donde vivía nuestra protagonista. La escena en el ocaso, anunciando el final de una historia, es tensa, sin diálogo. Cabiria rompe en llanto por el engaño perpetrado, la escena se rompe, el idilio se transforma en el peor de los castigos. Esta vuelta, todo estaba listo para terminar, el precipicio, el borde estaba allí, a un paso, un último arrojo, un último suspiro y todo terminaría. Pero algo persiste.

imagen

Cabiria, abandonada, despojada de todo, lo poco o mucho que tenía, empieza, no quizás como esperaba, una nueva vida. Se encuentra fortuitamente, al anochecer, en una calle cualquiera, con un grupo de personas; festejando, cantando, gritando, tocando música, alegres. Que la siguen, caminan con ella, quebrada en angustia, la acompañan. Es una escena sublime, onírica, es una reivindicación a la vida. Una escena circense, una posibilidad de inscribir algo inesperado, que no estaba allí, un lugar donde alguien respondió con una mirada y acompañado de un Buona sera…

imagen

Buona sera…

imagen

Patricio Coradini
Patricio Coradini

Estudiante de Psicología. Fotógrafo. En ocasiones, escribo ensayos. Me interesa la relación entre fotografía y poesía; en un sentido más amplio, entre la imagen y el texto. Leo poesía; a veces escribo versos y otros fragmentos.

suscribite a nuestra
newsletter